Autora: Dra. Paola Iduma Castro
La enfermedad por el SARS-COV2 tuvo su primer caso en diciembre del 2019 en Wuhan, China. Posteriormente se esparció por el resto del mundo, considerándose Pandemia por la WHO el 11 de marzo del 2020. A fecha de septiembre del 2021, el Ministerio de Sanidad en España reportaba ya 221.648.869 casos confirmados en el mundo y de ellos, 4.903.021 casos confirmados en España.
Según la herramienta Global Health Data Exchange en el 2019 se estimaba una prevalencia de enfermedades mentales del 13% y una incidencia del 0.90% globalmente para ambos sexos y todas las edades, mientras que en España se registraba una prevalencia del 18.2% y una incidencia del 1.60% para los mismos parámetros. En el 2017, según Our World in Data, se estimaba que el 10.7% de la población mundial padecía cualquier tipo de enfermedad mental.
En España se realizó un estudio sobre la salud mental en los Centros de Atención Primaria en el 2017 y se encontró que cerca del 27.4% de la población atendida en Atención Primaria cursaba con algún diagnóstico de enfermedad mental, siendo más prevalente en las mujeres (30.2%) en comparación con los hombres (24.4%)(6).
A continuación, revisaremos los criterios diagnósticos para el Trastorno de Ansiedad Generalizada y Trastorno de Depresión Mayor que propone el DSM-V en su última revisión:
Trastorno de Ansiedad Generalizada
Criterios diagnósticos:
- Ansiedad y preocupación excesiva (anticipación aprensiva), que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar).
- Al individuo le es difícil controlar la preocupación.
- La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (y al menos algunos síntomas han estado presentes durante más días de los que han estado ausentes durante los últimos seis meses):
- Inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta.
- Facilidad para fatigarse.
- Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
- Irritabilidad.
- Tensión muscular.
- Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio).
D. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
E. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a otra afección médica (p. ej., hipertiroidismo).
F. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental (p. ej., ansiedad o preocupación de tener ataques de pánico en el trastorno de pánico, valoración negativa en el trastorno de ansiedad social [fobia social], contaminación u otras obsesiones en el trastorno obsesivo-compulsivo, separación de las figuras de apego en el trastorno de ansiedad por separación, recuerdo de sucesos traumáticos en el trastorno de estrés postraumático, aumento de peso en la anorexia nerviosa, dolencias físicas en el trastorno de síntomas somáticos, percepción de imperfecciones en el trastorno dismórfico corporal, tener una enfermedad grave en el trastorno de ansiedad por enfermedad, o el contenido de creencias delirantes en la esquizofrenia o el trastorno delirante).
Trastorno de Depresión Mayor
Criterios Diagnósticos:
- Cinco (o más) de los síntomas siguientes han estado presentes durante el mismo período de dos semanas y representan un cambio del funcionamiento previo; al menos uno de los síntomas es (1) estado de ánimo deprimido o (2) pérdida de interés o de placer. Nota: No incluir síntomas que se pueden atribuir claramente a otra afección médica.
- Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días, según se desprende de la información subjetiva (p. ej., se siente triste, vacío, sin esperanza) o de la observación por parte de otras personas (p. ej., se le ve lloroso). (Nota: En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable.)
- Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días (como se desprende de la información subjetiva o de la observación).
- Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso (p. ej., modificación de más de un 5% del peso corporal en un mes) o disminución o aumento del apetito casi todos los días. (Nota: En los niños, considerar el fracaso para el aumento de peso esperado.)
- Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
- Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (observable por parte de otros, no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o de enlentecimiento).
- Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.
- Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que puede ser delirante) casi todos los días (no simplemente el autorreproche o culpa por estar enfermo).
- Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones, casi todos los días (a partir de la información subjetiva o de la observación por parte de otras personas).
- Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.
- Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
- El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o de otra afección médica. Nota: Los Criterios A—C constituyen un episodio de depresión mayor. Nota: Las respuestas a una pérdida significativa (p. ej., duelo, ruina económica, pérdidas debidas a una catástrofe natural, una enfermedad o discapacidad grave) pueden incluir el sentimiento de tristeza intensa, rumiación acerca de la pérdida, insomnio, pérdida del apetito y pérdida de peso que figuran en el Criterio A, y pueden simular un episodio depresivo. Aunque estos síntomas pueden ser comprensibles o considerarse apropiados a la pérdida, también se debería pensar atentamente en la presencia de un episodio de depresión mayor además de la respuesta normal a una pérdida significativa. Esta decisión requiere inevitablemente el criterio clínico basado en la historia del individuo y en las normas culturales para la expresión del malestar en el contexto de la pérdida.’
- El episodio de depresión mayor no se explica mejor por un trastorno esquizoafectivo, esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante, u otro trastorno especificado o no especificado del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
- Nunca ha habido un episodio maníaco o hipomaníaco. Nota: Esta exclusión no se aplica si todos los episodios de tipo maníaco o hipomaníaco son inducidos por sustancias o se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de otra afección médica.
Objetivos
- Valorar el impacto que ha tenido la pandemia mundial del COVID en los trastornos mentales.
- Comparar la incidencia de los trastornos mentales en los trabajadores que cursan una incapacidad temporal entre los años 2019-2021.
- Estimar el porcentaje de trabajadores con diagnóstico de ansiedad/depresión que cursan además con alguna problemática (socio- familiar, laboral o mixta) asociada.
- Estimar el tiempo en días que duran las bajas laborales en trabajadores con trastornos mentales.
- Comparar la prevalencia de los trastornos mentales que afectan a los diferentes grupos de edad en el año pre-confinamiento y post- confinamiento.
- Comparar la prevalencia de los trastornos mentales que afectan a las mujeres y a los hombres en el año pre-confinamiento y post- confinamiento.
Fuentes utilizadas, materiales y métodos
Se ha realizado un estudio descriptivo y retrospectivo usando los datos de trabajadores en situación de incapacidad temporales por enfermedad común gestionados por la empresa GESEME en Barcelona. El periodo de búsqueda de información va desde Enero del 2019 hasta Agosto del 2021, ambos incluidos. El periodo desde Marzo 2019 a Febrero 2020, ambos incluidos, se catalogará como “año pre-confinamiento” y el periodo desde Marzo 2020 a Febrero 2021, ambos incluidos, se catalogará como “año post-confinamiento”.
Se han usado los datos de una sola empresa para obtener nuestra muestra. Esta muestra incluye solamente aquellas bajas nuevas notificadas y clasificadas como enfermedad común. Los puestos de trabajo en dicha empresa incluyen aquellos puestos propios de supermercado. La empresa cuenta con más de 14,000 trabajadores en su plantilla, compuesto en su gran mayoría por mujeres (74%).
Los diagnósticos se recogen inicialmente mediante contacto telefónico con el trabajador, previa autorización mediante la Ley de Orgánica de Protección de Datos. La llamada es realizada por personal sanitario quienes desde la primera llamada telefónica registran el diagnóstico asociado a la baja laboral. Posteriormente los trabajadores son citados a visita presencial con médico para orientar aún más el diagnóstico en base a la información que voluntariamente comparte el trabajador y los informes médicos que presenta. Teniendo en cuenta los criterios diagnósticos para los diferentes trastornos mentales y del comportamiento, se han intentado clasificar los motivos de las incapacidades temporales en función a si presentaban alteraciones del estado del ánimo, si presentaban síntomas con tendencia a la ansiedad o una combinación de ambos.
Es posible que en ocasiones el diagnóstico real y el registrado en nuestro centro no coincidan. Los motivos pueden ser los siguientes:
- El trabajador no autoriza el tratamiento de sus datos personales y por tanto no se pueden conocer los motivos de la IT.
- La baja ha sido comunicada fuera de plazo.
- No ha sido posible contactar con el trabajador.
- La baja ha sido de corta duración y cursa el alta antes del contacto telefónico o la visita médica.
- El motivo de la baja no es claro o no hay un diagnóstico claro.
- Durante la pandemia por COVID, inicialmente no hubo un consenso de bajo qué CIE registrar algunos motivos de baja laboral.
- El trabajador no aporta ningún informe médico que confirme nuestra sospecha diagnóstica.
Para la búsqueda de diagnósticos de trastornos mentales se han usado todas aquellas bajas que están codificadas según los diagnósticos del CIE-10 (F01-F99):
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- F01-F09 Trastornos mentales debidos a afecciones fisiológicas conocidas
- F10-F19 Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de sustancias psicoactivas
- F20-F29 Esquizofrenia, trastorno esquizotípico, delirante y otros trastornos psicóticos no relacionados con el estado de ánimo
- F30-F39 Trastornos del estado de ánimo [afectivos]
- F40-F48 Trastornos de ansiedad, disociativos, relacionados con estrés, somatomorfos y otros trastornos mentales no psicóticos
- F50-F59 Síndromes de comportamiento asociados a trastornos fisiológicos y factores físicos
- F60-F69 Trastornos de personalidad y comportamiento del adulto
- F70-F79 Discapacidad intelectual
- F80-F89 Trastornos generalizados y específicos del desarrollo
- F90-F98 Trastornos del comportamiento y trastornos emocionales cuyo inicio se presenta habitualmente en infancia y adolescencia
- F99 Trastorno mental no especificado
Resultados
Se realizó una búsqueda de todas las bajas nuevas por enfermedad común notificadas entre el 1 de Enero del 2019 y el 31 de Agosto del 2021 (Gráfica 1). Se encontraron un total de 4.053 bajas nuevas por enfermedad común en el 2019, 4.067 en el 2020 y 2.970 en lo que va del año (hasta Agosto 2021 inclusive). Si comparamos los 12 meses previos (Marzo 2019 a Febrero 2020) al anuncio del confinamiento domiciliario por COVID19 en España y los 12 meses a partir del mismo (Marzo 2020 a Febrero 2021), obtenemos que en total hubo 4.048 bajas nuevas por enfermedad común los 12 meses previos y 3.864 bajas nuevas los 12 meses posteriores (Gráfica 2).
Del total de las bajas nuevas por enfermedad común anteriores, se realizó una búsqueda de cuántas de ellas correspondían a diagnósticos por trastorno mental (CIE-10 de F01 a F99). Se encontró un total de 176 bajas nuevas en el 2019, 256 en el 2020 y 171 de Enero a Agosto 2021 (Gráfico 3). Por otra parte, si comparamos el año pre-confinamiento (Marzo 2019 a Febrero 2020) con el año posterior al confinamiento (Marzo 2020 a Febrero 2021), observaremos que hubo un incremento del número de bajas nuevas por trastornos mentales de 196 a 257 respectivamente (Gráfico 4). Además observamos un aumento importante de bajas nuevas que coincide con el mes de Marzo 2020, fecha en la cual se decretó el estado de alarma y confinamiento en España.
Además de hacer una búsqueda de las bajas nuevas a lo largo de estos años, se agregaron otras características a la búsqueda, como por ejemplo bajas que además estuvieran marcadas con una problemática asociada. Estas problemáticas se clasifican en laborales, socio-familiares y mixtas, de tal forma que se marcan en aquellas bajas en las que se detectan alguna problemática asociada, ya sea desde el primer contacto telefónico o bien en la visita médica. Globalmente podemos observar que el tipo de problemática más frecuente es la socio-familiar (Gráfico 5), pero además hubo una mayor incidencia de bajas nuevas con alguna problemática asociada durante el año 2020. Se compararon además todas las problemáticas asociadas a cualquier baja nueva con aquellas bajas por trastornos mentales, encontrándose que la mayoría de las problemáticas de cualquier tipo se dan en el contexto de un diagnóstico de trastorno mental asociado (Tabla 6). Por ejemplo en el 2020 hubo un total de 38 bajas nuevas con problemática laboral detectada, sin embargo 36 de estas 38 bajas fueron clasificadas con diagnóstico de algún trastorno mental.
Bajas por grupos diagnósticos
Los grupos diagnósticos están clasificados en base a los códigos del CIE- 10 y se dividen principalmente en: aparato digestivo, aparato genitourinario, embarazo, parto y puerperio, endocrinas, infecciosas, malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas, neoplasias, oídos, ojos, piel, sangre, sistema circulatorio, sistema nervioso, sistema osteomuscular, sistema respiratorio, trastornos mentales y traumatismos. Se han excluido otras clasificaciones tales como “signos y síntomas”, “causas externas de morbilidad” y “factores que influyen en el estado de salud”, agrupándose todos estos diagnósticos bajo la categoría de “otros”. También se han excluido aquellas bajas en las que no se logró obtener el diagnóstico.
Se obtuvieron los datos de todas las bajas (tanto las nuevas como las que estaban en curso en esa fecha) desde Enero del 2019 hasta Agosto del 2021, ambos inclusives y se agruparon por diagnósticos. En la gráfica 7 se puede evidenciar que el motivo de incapacidad temporal más frecuente son las que afectan al sistema osteomuscular, seguido de los trastornos mentales y del comportamiento y en tercer lugar los traumatismos.
Las menos frecuentes son las malformaciones congénitas, las enfermedades endocrinas y las patologías oftálmicas. Sin embargo, se han obtenido también la duración media en días de las bajas que han causado alta, y paradójicamente se encuentra que las enfermedades endocrinas, a pesar de ser poco frecuentes, cursan con el mayor tiempo en días de baja laboral en comparación con el resto. Las incapacidades temporales por afectaciones del sistema osteomuscular y por trastornos mentales tienen una duración media muy similar, siendo aproximadamente 90 días de baja laboral en promedio para ambas.
Si además comparamos los años “pre-confinamiento” y “post- confinamiento”, podemos observar algunas variaciones importantes en la prevalencia de diferentes grupos diagnósticos: disminuyeron las bajas laborales por traumatismos el año posterior al inicio del confinamiento, pero por otra parte aumentó la prevalencia en los diagnósticos de trastornos mentales y enfermedades infecciosas.
Por otra parte, si tomamos en cuenta el tiempo medio en días que se asocia a un grupo diagnóstico en concreto, podremos observar más cambios importantes: la duración media de una incapacidad temporal por cualquier trastorno mental pasó de aproximadamente 75 días a 103 días; las enfermedades del aparato digestivo aumentaron casi el doble de días en promedio, así como también aumentaron considerablemente los días de baja a consecuencia de malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas. Por el contrario, las enfermedades hematológicas disminuyeron de 109 días a una media de 27 días, así como también los días por enfermedades endocrinológicas disminuyeron considerablemente (tablas 10 y 11).
Bajas por grupos diagnósticos y edad
En las siguientes tablas (tablas 12) se expone la prevalencia de los diferentes grupos diagnósticos en los grupos de edad comprendidos entre 16 a 20 años, 21 a 25 años, 26 a 30 años, 31 a 35 años, 36 a 40 años, 41 a 45 años,
46 a 50 años, 51 a 55 años, 56 a 60 años y en mayores de 60 años, comprendido en las fechas entre Enero del 2019 y Agosto del 2021. Se han incluido sólo los primeros 6 grupos diagnósticos con mayor número de bajas para esa categoría. Si existiera la misma cantidad de bajas entre dos grupos diagnósticos, se pondría en primer lugar aquel grupo diagnóstico que tuviera la mayor cantidad de jornadas laborales perdidas. Como se puede observar, en todos los grupos de edades aparecen los trastornos mentales entre los primeros tres diagnósticos prevalentes, con un porcentaje de afectación de entre el 7.8% y el 11.8% (tabla 13), siendo más prevalente en la cuarta década de la vida. Incluso son aún más prevalentes las bajas por trastornos mentales que aquellas bajas por embarazo, parto y puerperio en todos grupos de edades entre los 21 y 40 años.
Obtuvimos también los datos de las bajas laborales por grupos de edad que se produjeron en el año previo al confinamiento (Marzo 2019 a Febrero 2020) y posterior al confinamiento (Marzo 2020 a Febrero 2021) (tablas 14 y 15). En todos los grupos de edad ha habido un incremento en la prevalencia de bajas por trastornos mentales, excepto en el grupo de mayores de 60 años en quienes incluso hubo una disminución de 0,5%.
Bajas por grupos diagnósticos y género
Al filtrar por grupos diagnósticos y género, observamos que en ambos géneros los trastornos mentales ocupan el segundo puesto en frecuencia a lo largo del periodo entre Enero 2019 y Agosto 2021 (Tablas 18 y 19). En ambos casos se observan que los tres principales diagnósticos son los que afectan al sistema osteomuscular, posteriormente trastornos mentales y en tercer lugar los traumatismos (Tabla 20).
Comparando los periodos del año pre-confinamiento y post-confinamiento en mujeres y hombres, podemos constatar un aumento en la prevalencia de los trastornos mentales, siendo más evidente en el caso de los hombres que duplicó el porcentaje de afectados (Tablas 21, 23 y Gráficas 22 y 24).
Bajas por trastornos del ánimo y de ansiedad
Al delimitar más específicamente los diagnósticos de trastornos mentales, realizamos una búsqueda de todas las bajas nuevas notificadas desde Enero 2019 hasta Agosto 2021, filtrando por todas aquellas bajas contenidas con el CIE-10 F30 hasta F39 que corresponde a los trastornos del estado de ánimo (afectivos) y del F40 hasta F48 que corresponde a los trastornos de ansiedad, disociativos, relacionados con estrés, somatomorfos y otros trastornos mentales no psicóticos.
En cuanto a los trastornos del ánimo en los 3 años, podemos observar un evidente aumento en la incidencia en invierno (Gráfica 25). Curiosamente en Marzo del 2020, fecha en que se decreta el estado de alarma, los casos nuevos de trastornos del ánimo son pocos. Al comparar el año pre-confinamiento y post- confinamiento, observamos un primer pico de aumento de incidencia en Junio del 2020 y uno aún más evidente en Diciembre 2020, a comparación con las mismas fechas del año previo. Al sumar las incidencias de ambos años, podemos evidenciar que los trastornos del ánimo tienden a aumentar en verano e invierno y suelen ser más bajos en primavera.
Los trastornos de ansiedad y del comportamiento por el contrario tienen una mayor incidencia y prevalencia que los trastornos del ánimo, observándose una tendencia a la alza en la época de verano y menor en los meses de invierno (gráfica 28). Durante el mes de Marzo del 2020 hubo un aumento de las bajas nuevas relacionadas con trastornos de ansiedad, así como también un aumento importante en Junio del mismo año, casi quintuplicando el número de bajas nuevas por este diagnóstico (Gráfica 27). En ambos años se observaron dos picos importantes de incidencia: Marzo y Agosto.
Bajas relacionadas con COVID
Dado que el estado de alarma se produjo en el mes de Marzo del 2020, se realizó una búsqueda de todas las bajas que pudieran guardar relación con el COVID19 desde Enero del 2020 hasta Diciembre del 2020 y de Enero del 2021 hasta Agosto del 2021. A inicios del confinamiento no se tenía el CIE U07.1 que corresponde al actual COVID-19, por lo que las patologías relacionadas con el COVID se clasificaron de la siguiente forma:
- Z20.8 Contacto con y exposición a otras enfermedades transmisibles: Todas aquellas bajas nuevas que hayan requerido una baja laboral por haber estado en contacto estrecho con una persona con sospecha de COVID o COVID confirmado, sin indicar síntomas.
- B34.2 Infección debida a Coronavirus, sin otra especificación: Todas aquellas bajas nuevas que presentaran síntomas, con o sin contacto estrecho con personas con COVID y con o sin realización de pruebas confirmatorias (PCR o antígenos).
- Z29.0 Aislamiento: Todas aquellas bajas nuevas que requirieran aislamiento domiciliario, con o sin contacto estrecho con personas con COVID sospechado o confirmado.
Se obtuvieron los siguientes resultados: Se han registrado en total 821 bajas nuevas (562 por CIE U07.1 + 259 por CIE B34.2) por diagnóstico de COVID-19, ya sea confirmado con pruebas de laboratorio o por sospecha diagnóstica. Ha habido además 1110 bajas nuevas (260 por CIE Z20.8 + 850 por CIE Z29.0) por necesidad de realizar un aislamiento domiciliario, ya sea por contacto estrecho con persona con COVID o sospecha. En total existieron 1190 bajas nuevas en el 2020 por necesidad de aislamiento o enfermedad por COVID19. En lo que va del año 2021 se han producido ya 741 bajas nuevas por cualquier motivo relacionado con COVID19.
Discusión
Una revisión sistemática de cuatro diferentes estudios llegó a la conclusión que los factores que pueden asociarse con los diagnósticos de trastornos del ánimo son: una mala relación entre esfuerzo-recompensa, alta carga laboral, conflictos laborales y familiares, trabajar fuera de horarios laborales o fines de semana y tener poca antigüedad laboral (3). En este trabajo sólo se ha podido relacionar con uno de los factores antes mencionados (problemática socio-familiar, laboral y mixto); si bien es cierto que la cantidad de bajas laborales que han estado marcadas con conflictos asociados no han sido la gran mayoría, sí que se ha podido demostrar que las bajas que asocian problemática laboral o socio-familiar están relacionados con trastornos mentales en su mayoría. Además, es muy probable que existan más cantidad de bajas asociadas a problemática de fondo, sin embargo, existe la limitación que no se obtiene información detallada acerca de las bajas al momento de registrar el motivo de la baja laboral. Es por esto que no se puede descartar que las problemáticas asociadas jueguen un papel importante para propiciar una incapacidad temporal en un trabajador.
Según el Manual de Tiempos Óptimos de Incapacidad Temporal del INSS (2), los diagnósticos de trastornos del ánimo (CIE-10 F30.1 a F34.1) pueden causar bajas laborales de entre 30 y 120 días dependiendo del diagnóstico exacto; por otra parte, los trastornos de ansiedad (CIE.10 F40.1 a F48.9) pueden causar bajas laborales de entre 4 y 90 días. Por ejemplo, el tiempo óptimo de recuperación para un Trastorno de Ansiedad Generalizada sería de 30 días y para un Trastorno por Estrés Post-Traumático podría ser de 90 días, en cambio el Trastorno Depresivo Mayor leve sería de 30 días, el TDM moderado sería de 60 días y el TDM grave sin síntomas psicóticos sería de 90 días. En un estudio de cohortes retrospectiva realizado entre trabajadores de agricultura, ganadería, pesca, construcción e industria se observó una duración mediana de IT por trastornos de ansiedad de 83 días (4), mientras que en nuestro estudio hubo una variación con respecto al año pre y post-confinamiento: 75 días y 103 días
respectivamente. En ambos estudios es evidente que el tiempo de incapacidad temporal en los trastornos mentales, específicamente en los de ansiedad, es mucho mayor al sugerido por el Manual de Tiempos Óptimos. Con la declaración del confinamiento en España, la duración media en nuestra muestra aumentó considerablemente, llegando a equipararse con el tiempo sugerido por el MTO para la IT para un Trastorno Depresivo Mayor moderado. Este mismo estudio(4) también observó la correlación entre la edad (>35 años) y mayor riesgo de bajas laborales de mayor duración, mientras que en este estudio se observó una mayor cantidad de jornadas laborales perdidas (10.685) a partir de los 31 años, disminuyendo de nuevo a partir de los 41 años de edad.
Los factores que precipitaron el aumento de la prevalencia de los diferentes Trastornos Mentales no fueron descritos en este estudio en profundidad, ya que no existía una manera de poder resumir los motivos sin entrar a las historias clínicas, que por temas de protección de datos no se hizo. Sin embargo, siendo que es evidente que la prevalencia de los Trastornos Mentales aumentaron el año post-confinamiento en estos trabajadores, sólo se pueden proponer como diversos factores que mencionan algunos estudios (9, 4) como causantes probables de este aumento: pertenecer a grupos de riesgo para enfermar (personas con comorbilidades), ser trabajadores esenciales, edades con mayor predisposición, personas al cuidado de otros familiares, miedo a enfermar o a la incertidumbre, tener patologías psiquiátricas previas, cambios importantes en sus trabajos (reducciones de jornadas, horas extras, aumento de carga laboral, etc), entre otras más. Al haber observado que la mayoría de las problemáticas socio-familiares o laborales se dan en el contexto de una baja por diagnóstico de Trastorno Mental, podemos llegar a la conclusión que es de suma importancia prestar atención al bienestar psicológico del trabajador y su entorno laboral para poder anticiparnos cuando un trabajador pudiera requerir de un apoyo psicológico temprano.
En otro estudio realizado en el País Vasco (5) para calcular los niveles de ansiedad y depresión en mujeres y hombres y en diferentes grupos de edades, se empleó la escala DASS-21 a través de una encuesta online realizada alrededor de la fecha del confinamiento en España. Se observaron diferentes niveles de sintomatología, demostrando un empeoramiento de los síntomas referidos posterior al 14 de marzo del 2020, concluyendo que es posible que se pueda observar un aumento de los mismos a partir de entonces. Justamente uno de los objetivos que se tenía en este estudio era valorar el impacto que la pandemia y el confinamiento había tenido en los trabajadores que causaban una baja laboral y por ese motivo se escogió realizar una comparación del año previo al confinamiento y el año posterior al mismo. Este estudio confirma la suposición del estudio anterior en el sentido que, si bien es cierto que no se pudo delimitar la gravedad de las patologías en este estudio, sí que se pudo demostrar que la incidencia de los Trastornos Mentales aumentó en prácticamente la mayoría del año post-confinamiento en comparación con las mismas fechas del año anterior.
Conclusiones
- Se produjeron 4048 bajas nuevas en el año pre-confinamiento (Marzo 2019-Febrero 2020) en comparación con las 3864 bajas nuevas del año post-confinamiento (Marzo 2020-Febrero 2021); globalmente se dieron más casos de bajas nuevas por enfermedades comunes el año pre- confinamiento.
- Las bajas nuevas por trastornos mentales, por el contrario, han sido mayores en el año post-confinameinto.
- El tipo de problemática asociada más común es la del tipo socio-familiar.
- La mayoría de las problemáticas socio-familiares, laborales o mixtas que afectan al trabajador y que causan baja laboral, se acompañan de diagnósticos en la esfera de los trastornos mentales.
- El principal grupo diagnóstico en las incapacidades temporales son las patologías que afectan al sistema osteomuscular.
- Los diagnósticos de algún tipo de trastorno mental son responsables de aproximadamente el 10% de las incapacidades laborales entre los años 2019 y 2021.
- La duración media de las bajas nuevas por trastornos mentales aumentó el año post-pandemia.
- Las patologías psiquiátricas están dentro de los tres principales grupos diagnósticos en todos los grupos de edad, globalmente.
- Los trastornos mentales son más prevalentes en la cuarta década.
- Todos los grupos de edades experimentaron un aumento en la prevalencia de los trastornos mentales en el año post-confinamiento, exceptuando en los mayores de 60 años donde ha disminuido muy ligeramente.
- Entre el 2019 y 2021, las mujeres han tenido una mayor prevalencia de trastornos mentales (10,8%) en comparación con los hombres (8.7%).
- En el año post-confinamiento, los hombres experimentaron un mayor aumento en la prevalencia de trastornos mentales.
- Los trastornos de ansiedad aumentaron considerablemente durante el año post-confinamiento.
- Los diagnósticos de trastornos del ánimo son más prevalentes en los meses de invierno, mientras que los trastornos de ansiedad son más prevalentes en los meses en torno al verano.
- Hubo aproximadamente 1900 bajas nuevas relacionadas con COVID desde Enero del 2020 hasta Agosto 2021 en una empresa que cuenta con aproximadamente 14,000 trabajadores en plantilla.